No nos olvidemos de un dato objetivo: la gestión edil moyobambina el año pasado, en situaciones normales y teniendo todo a su favor, sólo pudo ejecutar el 18% de su presupuesto de inversiones. Hoy que la cosa es sumamente complicada por el Covid-19, sobre todo lo que va a pasar después de la cuarentena, ¿estará ahora a la altura de las circunstancias que la realidad exige?.
El cierre de restaurantes, hoteles, colegios e institutos particulares, locales de diversión, la quiebra de pequeños negocios y la no ejecución de obras públicas traerá como consecuencia desempleo, mayor pobreza, inseguridad y violencia. ¿Cómo se va a lidiar contra ese complicado panorama social y evitar el riesgo que ese descontento desemboque en protesta contra las autoridades como chivos expiatorios?
Buscando enhebrar el tejido social para no caer en la desesperación y el caos, ¿Cual es el papel que deben cumplir nuestras organizaciones vivas como el CIP, la Cámara de Comercio, Asociación de Hoteles y Restaurantes, Construcción Civil, Organizaciones Agrarias, Rondas y Fedeimam frente a esta crisis?
EL CIP Moyobamba, por ejemplo, ha planteado ideas interesantes al Gobierno Local para enfrentar la pandemia y salir gradualmente del desconfinamiento.
La Cámara de Comercio y la Asociación de Hoteles y Restaurants AHORA- Moyobamba deberían hacer lo propio pues los comerciantes y empresarios hoteleros y restauranteros son los más perjudicados y tienen hoy más que nunca estar unidos en torno a sus organizaciones y ser capaces de proponer alternativas de solución viables.
Son tiempos nuevos que exigen solidaridad, trabajo en equipo, iniciativas audaces y plausibles y que el Estado ciego, sordo y corrupto cambie y tenga una relación honesta, transparente, abierta y dialogante con la ciudadanía.