RADIO MOYOBAMBA

Una familia con suerte

Una inusitada fortuna parece sonreírles a los parientes del presidente Castillo desde que este llegó al poder.
MNC Medios

MNC Medios

Medio de Comunicación Digital
prensa@moyobamba.com

familia de pedro castillo

Aunque existen muchas dudas respecto de si el gobierno de Pedro Castillo podrá mejorar las vidas de las familias peruanas, los últimos meses han dejado en claro que por lo menos una familia sí se está viendo beneficiada desde que él llegó al poder: la suya.

El domingo, el programa “Cuarto poder” difundió un video en el que se puede ver a la cuñada del presidente Castillo, Yenifer Paredes, ofreciéndole a una comunidad del distrito de Chadín, en Chota (Cajamarca), una obra de saneamiento.

En el clip difundido por el medio, la hermana de la primera dama aparece portando un chaleco de la empresa JJM Espino Ingeniería y Construcción S.A.C. y acompañada por el gerente general y socio fundador de la mentada compañía: Hugo Espino Lucana. Curiosamente, como informó este Diario, JJM Espino Ingeniería y Construcción S.A.C ganó una licitación con el Estado en octubre pasado por más de S/3′800.000.

Tanto Espino Lucana como la empresa que gerencia no parecen tener mucha experiencia en el rubro de la construcción. Lo que sí registra el primero de ellos es una serie de visitas a Palacio de Gobierno para reunirse tanto con la señorita Paredes como con su hermana, la primera dama, en agosto pasado, semanas antes de que su empresa se viera beneficiada con la licitación de marras.

Pero esta no ha sido la única noticia de la semana que ha puesto la lupa en un familiar del jefe del Estado ni en la cercanía de algunos de ellos con personas vinculadas a empresas que han hecho negocios con el sector público en el pasado reciente.

Ayer, por ejemplo, la Unidad de Investigación de este Diario informó que, entre setiembre y noviembre pasados, hermanos, suegro, sobrina y concuñada del presidente Castillo realizaron viajes a Lima y Cajamarca que fueron pagados por el Estudio Villaverde S.A.C., bufete de Zamir Villaverde, el empresario investigado por su participación en el caso conocido como Puente Tarata III.

Villaverde ha proporcionado la información sobre estos boletos aéreos a la fiscalía como parte de su proceso para convertirse en colaborador eficaz y ha dicho que la gestión y la compra de los mismos las hizo a pedido de Fray Vásquez Castillo, el sobrino del presidente que también se encuentra comprendido en el Caso Puente Tarata III y que está prófugo de la justicia desde marzo.

De hecho, Vásquez Castillo es otro de los que, junto a otros sobrinos del mandatario, ha estado en la mira desde que su tío llegó a Palacio. Hace unas semanas, “Panorama” reveló que él mantenía frecuente comunicación con ministros de Estado como el también prófugo de la justicia y extitular de Transportes y Comunicaciones Juan Silva.

Además, a Vásquez las cámaras de “Cuarto poder” lo grabaron el año pasado en la conocida casa del pasaje Sarratea, de Breña, donde incluso aparecía manejando vehículos de propiedad de otra empresa de Villaverde.

Asimismo, junto con su primo, el también investigado Gian Marco Castillo Gómez, registran 37 visitas oficiales a Palacio de Gobierno… y otras 43 no regularizadas a través de la famosa ‘puerta 6′ de la residencia presidencial, teóricamente usada para fines domésticos.

Gian Marco, para variar, también ha sido captado por la prensa manejando un vehículo registrado a nombre de una persona cuyas empresas han ganado contratos con el Estado durante este gobierno.

A todo esto habría que añadirle la fiesta que Karelim López, quien también se encuentra colaborando con las autoridades al igual que Villaverde, asegura que le organizó a la hija del presidente en Palacio de Gobierno. O el destape de “Panorama” sobre Fany Oblitas Paredes, otra sobrina del presidente, que obtuvo sus primeros contratos con el Estado por un valor de S/18.000 durante esta administración.

Como se ve, la recurrente aparición de los parientes del presidente en hechos como los aquí reseñados da cuenta de un desdén por separar el manejo de la cosa pública y la vida privada. Un comportamiento poco ético, cuando menos, y potencialmente delictivo, cuando más.

Fuente: El Comercio