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Promesas imposibles: ¿por qué los candidatos no deberían prometer la creación de millones de nuevos empleos?

Desde 2 millones hasta 5 millones de empleos en cinco años han prometido los candidatos que hoy lideran las encuestas.
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Según su plan de gobierno, el candidato George Forsyth promete crear “un mínimo de 2 millones de nuevos empleos permanentes” en un eventual gobierno suyo; la candidata Keiko Fujimori apunta a los “3 millones de nuevos puestos de trabajo directos e indirectos”; mientras que Verónika Mendoza ha prometido “1 millón de empleos temporales al 2022”.

La valla más alta en esta suerte de competencia la ha dejado el candidato Yohny Lescano quien propone crear 5 millones de empleos mediante la inversión del Estado en obras.

Ante tal escenario, resulta importante conocer qué tan probable es alcanzar dichos números y cuáles deben ser realmente los objetivos en materia laboral a esperar de un próximo Gobierno.

LA EVIDENCIA

El investigador principal de Grade, Miguel Jaramillo, explica que la cifra de los 5 millones de empleos equivalen a a poco menos de un tercio de la Población Económicamente Activa a nivel nacional (17,8 millones).

Esto significa que incluso si reducimos la tasa de desocupados a nivel nacional de 9,6% a 3,6%, por debajo de su mínimo histórico, y la tasa de actividad sube por encima de su máximo histórico (de 68% a 73%), nos sobrarían más de 3 millones de empleos. No resiste mayor análisis ese tipo de propuestas”, comenta.

En un año, la economía peruana logra generar precisa Jaramillo entre 300 mil y 400 mil puestos de trabajo, lo que permite que el empleo tenga un crecimiento neto y la tasa de desempleo descienda.

Ese promedio esconde el hecho de que en la década del 2000 se creció mucho y después del 2011 el crecimiento se amortigua o se hace bastante menor. Después del 2016, el crecimiento es más en empleo informal que formal”, afirma.

LA HISTORIA

Fue en el 2001 que inició el gobierno del entonces presidente AlejandroToledo. En aquel entonces, la economía crecía a una tasa anual promedio del 6% y, según sus propias declaraciones que datan del abril del 2006, se logró generar 2,6 millones de empleos.

Luego llegaría el segundo gobierno del presidente Alan García donde en cinco años se logró crear 2,2 millones de empleos; mientras que ya para el 2016, a poco de terminar su gobierno, el entonces presidente Ollanta Humala anunciaba en una de sus últimas actividades oficiales que su gobierno había logrado generar un millón de empleos formales.

EMPLEO PÚBLICO

Lo que hoy propone la mayoría de candidatos es una mayor generación de empleo temporal y mediante inversión pública en obras de toda índole. Colegios, carreteras y demás infraestructura que se requiera a lo largo del país.

El economista Iván Alonso explica que ello implica crear empleos temporales y de naturaleza pública; lo cual puede ser una respuesta de corto plazo. No obstante, explica que la naturaleza de esa inversión apunta más a brindar un apoyo económico a la población; lo que en algunos casos termina desvirtuando la utilidad de lo que se construye.

Si el problema es apoyo económico, el mejor camino son los bonos. La idea de este subsidio no es que uno deba sobrevivir con él, sino darle un apoyo temporal y un incentivo para ocupar un mejor trabajo. Y ese empleo lo genera el sector privado”, acotó.

A su turno, Fernando Cuadros, ex viceministro de promoción del empleo, advierte que el principal objetivo hoy de cara a una reactivación es gestionar la logística de la vacunación de la mayoría de la población. “Que ello suceda en el 2021 y a partir de ahí ir reactivando de manera sostenida la economía. Es así que a partir del 2022 se verá una recuperación de la economía y, por consecuencia, de los empleos”, dijo.

Comentó que en el 2020, en el momento más complicado de la pandemia, se perdieron cerca de 7 millones de empleos. “Muchos se han reincorporado, pero han quedado como 3 millones de empleos por recuperar y otros que si bien se han recuperado, no son empleo adecuado”, sostiene.

PROPUESTAS ESPERADAS

En opinión de la directora de la carrera de Economía y Negocios Internacionales de la UPC, Claudia Sicoli, lo que deberíamos escuchar de los candidatos es qué políticas tomarán para que, una vez recuperada la economía, el sector privado pueda generar más empleo.

Todos advierten que el problema del empleo formal es un tema de costos. Para el empresario resulta caro mantener a un empleado en planilla frente a tenerlo fuera de ella. Eso alienta la informalidad. Lo que deberíamos escuchar es qué van a hacer para modificar estas restricciones”, dijo.

Hugo Ñopo, investigador principal de Grade, anota otro punto importante: más importante que generar empleos, es ver quiénes están tomando estos empleos.

Los empleos formales y de calidad mayoritariamente están concentrados en los deciles nueve y diez. En los más bajos casi no hay empleos. Tampoco están preparados para asumir empleos de este tipo. Ahí el reto es a largo plazo”, comenta.

A la par, Ñopo advierte que una tendencia del mercado laboral cada vez más presente en nuestro país y a nivel mundial es que los trabajadores tienen más de un empleo. “Especialmente en la edad más productiva. Entonces, de qué me sirve generar dos empleos si los va a tomar la misma persona. Tenemos que analizar qué implicancias tiene eso para la desigualdad y la redistribución de los recursos”, acotó.

Es por ello que para el investigador resulta importante que, en el tema de empleo, la actual contienda electoral no se centre únicamente en el número de empleos que generarán. “Debemos tomar como un enorme grano de sal esas promesas. Casi todas son irrealizables y, lo más importante, hoy debemos concentrarnos no tanto en generar empleos sino en ver quiénes lo están tomando”, comentó.

Fuente: El Comercio