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Mitocondria: La influencer científica que explica cómo evitar caer en el pozo de las “fake news”

Alejandra Ruiz León es bioquímica y magíster en Comunicación Científica y en Historia de la Ciencia. Actualmente realiza estudios de doctorado en Historia y Sociología de la Ciencia en Georgia Tech, Atlanta, luego de ganar la beca Fulbright.
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Desde Atlanta, ciudad en la que reside, Alejandra Ruiz León (29), conocida en las redes como Mitocondria, analiza el fenómeno de la desinformación en pandemia y responde a diario cientos de consultas relacionadas con el COVID-19.

La bioquímica peruana y experta en comunicación resuelve en estas páginas las dudas pandémicas que desde hace un año nos embargan y que ahora adquieren otro nuevo sentido.

Poco antes de esta entrevista, Alejandra Ruiz León recibió un curioso mensaje por decir lo menos a través de su cuenta de Instagram (@mitocon­dria.cc).

Ale, me están ofreciendo una vacuna traída del extranjero, ¿es segu­ro ponérmela?”, decía la interrogante. “No, no es segura. Si una vacuna ha sido traída de forma ilegal, no se puede ase­gurar el cumplimiento de la cadena de frío, lo cual compromete su efectividad”, le respondía con amabilidad.

Así como ese, cada día recibe unos 500 mensajes con preguntas vinculadas a la pandemia y las vacunas, e intenta resolver la ma­yor cantidad de dudas.

Nunca respondo consultas médicas, eso sí”, aclara Alejan­dra vía Zoom probablemente su décimo Zoom del día desde la habitación en la que vive en Atlanta, don­de divide su tiempo entre hacer su posgrado y man­tenerse involucrada con el desarrollo de la emergen­cia sanitaria en el Perú.

¿CÓMO INFORMARNOS EN ESTA PANDEMIA SIN SENTIRNOS PERDIDOS?

Podemos empezar diversi­ficando nuestras fuentes. Si tenemos dos o tres, vamos a poder corroborar mejor la información que nos llega.

Pero más importante me parece ser conscientes de cómo nos afectan las informaciones y noticias del día a día.

Podemos poner­nos horarios para informarnos, no nece­sariamente estar enganchados a lo que pasa en todo momento.

Olvidarnos por un rato de las redes sociales y los medios nos puede hacer bien. Tampoco hay que sobrecargarnos.

Se ha gatillado un interés por la ciencia, pero muchas veces no lle­gamos a las fuentes adecuadas y caemos en las fake news. ¿Cómo analizas este fenómeno?

Las fake news entran muy bien cuan­do no hay otra información. De hecho, siempre proliferan antes que la infor­mación certera.

Cuando estas fake news nos llegan, es más difícil caer en ellas si conocemos otros espacios en los que podemos contrastar dicha información.

Muchas de estas, además, se instalan en nuestras cabezas debido a que no co­nocemos cómo funciona la ciencia.

La ciencia no solo es descubrimientos, sino que también es mucha investigación y procesos a los que, hasta el día de hoy, no les dábamos relevancia.

La comunicación cumple ahora un rol importante. Luego de un año, ¿qué cosas se pudieron hacer me­jor a nivel comunicativo desde el Gobierno?

Primero debemos entender que estamos en una situación que nunca antes hemos vi­vido. Por eso hemos pasado por diferentes etapas de comunicación.

Quizá me habría gustado ver una campaña que hiciera hin­capié en que todos estamos juntos en esto: gobierno, médicos, policías y ciudadanía, cada uno cumpliendo un rol.

Que todos so­mos un equipo. Al principio pasó, en algu­na medida, pero lo que siento es que ahora estamos en una situación en la que nos han dicho que cada uno se debe preocupar por sí mismo. ¡Es tremendo cómo ha pasado esto!

Antes de la segunda ola se habló mucho de la campaña “El covid no mata solo, no seamos cómplices”. ¿Qué te pareció?

A mucha gente le pareció cru­da, pero al mismo tiempo esa es la realidad. ¿Cómo uno se contagia? Yendo a una reu­nión, en un matrimonio o en las acciones del día con la fa­milia.

Muchos se confían, por eso las personas que más que­remos son las que a veces nos terminan contagiando. O viceversa.

¿Por qué las personas de a pie per­cibimos a los científicos como se­res distantes, cuando debería ser lo contrario?

Es algo que pasa, pero no solo en Perú. En la academia, por ejemplo, a muchos cientí­ficos no les parece importante tener contac­to con la gente.

Me han dicho, en mi propia cara, que estoy perdiendo el tiempo con mi cuenta de Instagram. El conocimiento que tengo yo quiero compartirlo con mi fami­lia, con mis amigos.

Más que tener un paper con muchas citas, me interesa que las per­sonas estén informadas. Lamentablemente, en nuestro país hay pocos profesionales en la comunicación de la ciencia.

MANUAL DE USO DIARIO

1 ¿Debo desinfectar mis alimentos?

Si bien el contagio de coronavirus por objetos o alimentos no es el más predominante, dice Alejandra, eso no quiere decir que no nos podamos contagiar. Por ello, en la medida de lo posible, recomienda desinfectarlos.

2 ¿Una o dos mascarillas?

Alejandra usa normalmente dos mascarillas: una quirúrgica y encima una de tela para un mejor ajuste y seguridad. Cree que el uso de mascarillas se volverá una costumbre no solo para evitar los virus, sino también la contaminación ambiental.

3 ¿Dejar mis zapatos fuera de casa?

Es una práctica cotidiana en ciertos países y Alejandra la recomienda, a pesar de que supone un riesgo mínimo de contagio. “Uno nunca sabe qué traemos de la calle con nuestros zapatos”.

4 Si ya me vacuné, ¿mi vida será como antes?

Para Alejandra, la normalidad es la que estamos viviendo. En ese sentido, aconseja seguir manteniendo las medidas dispuestas como el distanciamiento social, a pesar de recibir las dos dosis de vacuna.

Las vacunas no evitan el contagio del virus, evitan que necesitemos una cama UCI. Hay que ir poco a poco”.

Fuente: El Comercio