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La insólita historia del Sporting Cristal-Sao Paulo de 1994 con Cafú y Pelé como protagonistas

Hace 27 años, Sporting Cristal visitó a Sao Paulo en el Morumbí. El cuadro brasileño utilizó un equipo suplente porque ese mismo día había disputado un encuentro ante Gremio por el Brasileirao.
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Ese año 1994, los cuartos de final de la desaparecida Copa Conmebol (hoy Sudamericana) enfrentaron a dos equipos en estado de gracia.

Sporting Cristal venía de obtener su primer título con ocho fechas de anticipación en la liga peruana y el Sao Paulo vivía las últimas etapas de aquel bicampeón de Libertadores de inicios de los noventas.

Fue una serie atractiva, con algunas dosis de emotividad y con situaciones extremas para los periodistas que nos tocó hacer esta cobertura.

La Copa Conmebol fue creada en 1992 para emular la recordada Copa UEFA (hoy UEFA Europa League) y para darle oportunidad de competencia internacional a los clubes que se quedaron detrás de los equipos clasificados a la Copa Libertadores.

En 1993, Cristal obtuvo el cupo al caer en la definición por penales de la liguilla de cierre de año con Alianza Lima (el gol ganador fue de Waldir Sáenz).

En tanto, Sao Paulo buscaba olvidar la caída en la final de Libertadores de 1994 ante el Vélez Sarsfield de Carlos Bianchi y Chilavert.

El problema para los dirigidos por Telé Santana era el calendario repleto de partidos en los últimos meses de ese año. En Brasil hubo larga pausa por la Copa del Mundo de Estados Unidos y en los últimos meses se jugaron muchos encuentros a mitad de semana. Allí empieza esta historia insólita del Sao Paulo-Cristal.

Para Sporting Cristal, la Copa Conmebol era una medición internacional importante luego de haber alcanzado un nivel superlativo en el campeonato local.

Con jugadores como Maestri, Palacios, Julinho, Jorge Soto, Solano y Julio Rivera, los dirigidos por Juan Carlos Oblitas comenzaron la llave como visitantes en el mítico y enorme Morumbi, estadio ubicado en la ciudad universitario de Sao Paulo, un lugar tan académico como residencial en la ciudad brasileña.

Había entusiasmo en Cristal, que había eliminado a El Nacional de Ecuador en octavos de final. Ese año, cinco meses antes de ese partido, habían anotado un gol histórico a Universitario de Deportes después de 17 toques.

Y enfrentar a Sao Paulo era una motivación extra por todo lo que hizo el cuadro brasileño en el contexto internacional desde 1992 hasta aquel 94. Los celestes, además, tenían margen para pensar en la hazaña: Sao Paulo iba a jugar con suplentes por un inconveniente que hoy sería imposible de solucionar.

El partido entre Sao Paulo y Cristal estaba programado para el miércoles 16 de abril de 1994. Ese mismo día, los paulistas por la tarde tenían que jugar ante Gremio de Porto Alegre por el Brasileirao.

Los dirigidos por Telé Santana decidieron afrontar los dos encuentros en paralelo: los titulares contra Gremio y los suplentes con Cristal.

Junto con el fotógrafo asignado, Lino Chipana, tuvimos serios inconvenientes para llegar a tiempo al partido. Mi compañero llevaba una maleta verde con sus implementos, nos subimos al taxi rumbo al Morumbí y cuando más apurados estábamos (el tráfico en Sao Paulo triplica o quintuplica lo que se vive en Lima) nos detuvo un patrullero.

Minutos antes habían asaltado un banco en el centro de Sao Paulo y los testigos afirmaban que el ladrón se llevó el dinero en una maleta verde, como la de Lino.

La intervención duró unos quince minutos y después los policías nos pidieron disculpas. Al llegar retrasados al estadio, me dijeron que el palco de prensa estaba lleno, pero yo llevaba mi credencial colgada en el cuello.

Mientras intentaba convencer a los agentes de seguridad, apareció en la puerta del ascensor un joven futbolista del equipo titular de Sao Paulo, a quien le habían dado descanso después del encuentro con Gremio. “Déjenlo pasar, ha venido desde Perú ¿no leen?”, dijo ese muchacho. Era Cafú.

El partido comenzó de manera inmejorable para Sporting Cristal. Roberto Palacios, como era su estilo, dejó atrás a tres rivales y anotó con potente disparo en el arco de Rogerio Ceni (quien en ese entonces aún era suplente de Zetti).

Aquel equipo suplente de Sao Paulo fue dominado por varios minutos y el Sporting hasta pudo anotar un gol más. Lo que nadie previno es que Telé Santana le pidió a uno de sus talentos máximos que juegue unos minutos a pesar de haber trajinado en el encuentro de la tarde: era Juninho Paulista.

El ingreso de Juninho le dio un dinamismo asombroso al equipo paulista. El volante ingresó en el minuto 57 y siete minutos después puso el 1-1. Otro ingresante, Caio, puso la ventaja 2-1 a los 69′. Solo la entrada de dos titulares modificó el destino del cotejo.

Un joven Denilson, en ese entonces suplente del Sao Paulo, se encargó del 3-1 final. El partido de vuelta, en el estadio Nacional, quedó 0-0. Sao Paulo clasificó a las semifinales y después campeonó al vencer en la final a Peñarol.

Un día después de esa cobertura, nos invitaron a los periodistas a un evento en una feria automovilística.

Nos encontramos con el inmortal Emerson Fittipaldi (figura tremenda de la F1) y el gran Zico. A lo lejos vimos a una leyenda viviente rodeada de periodistas.

Nos fuimos acercando, con calma, y pensando cuál sería nuestra pregunta. Era difícil llegar a este ex futbolista hasta que recordamos de su amistad con un ex jugador peruano. Lo miré y grité esta frase:

Te manda saludos Ramón Mifflin”. El crack, ya trajinado por los años, pidió a su seguridad que me dejara caminar unos metros más, que pueda estar a la distancia necesaria para hacerle unas preguntas. Era Edson Arantes do Nascimento. Ese día, “El Comercio” pudo entrevistar a Pelé.

Fuente: El Comercio