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3 de Julio Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico

Con el objetivo de reducir las bolsas de plástico de un solo uso y fomentar su consumo responsable por el daño que causan al medio ambiente y a los seres vivientes
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El 3 de julio de cada año se celebra el Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico, con el objetivo de reducir las bolsas de plástico de un solo uso y fomentar su consumo responsable por el daño que causan al medio ambiente y a los seres vivientes. La mayor parte de estas bolsas no se reutilizan ni se reciclan, sino que son desechadas inmediatamente terminando en los basureros o en el mar. Muchas especies de animales han sido afectadas y miles de especies marinas mueren al año.

Al estar elaboradas con materiales poliméricos derivados del petróleo, las bolsas plásticas pueden producirse en segundos, pero tardan hasta más de cien años en degradarse. Estos materiales son muy contaminantes y dañinos para los ecosistemas y la salud.

El polietileno, el plástico más comúnmente utilizado, se creó por accidente en una planta química en Northwich, Inglaterra en 1933. Años más tarde, en 1965 la bolsa de polietileno de una sola pieza fue patentada por la empresa sueca Celloplast. Pronto, la bolsa de plástico empezó a reemplazar rápidamente la tela, sobre todo por su distribución gratuita en los supermercados y otras tiendas.

En 1979 las bolsas de plástico se comercializaron en el resto del mundo tras controlar el 80% del mercado de bolsas en Europa. Las empresas de plástico empezaron a comercializar agresivamente su producto. En 1997 el investigador Charles Moore descubrió la gran mancha de basura del Pacífico: una isla de basura ubicada en el centro del océano Pacífico en la que se han acumulado inmensas cantidades de desechos de plástico que amenazan a la vida marina y a la salud humana. En 2002 Bangladesh fue el primer país en prohibir las bolsas de plástico, al descubrir que desempeñaban un papel clave en la obstrucción de los sistemas de drenaje durante inundaciones desastrosas. Fue así como con el paso del tiempo más países comenzaron a implementar la prohibición de las bolsas de plástico.

Aunque las bolsas de plástico para las compras fueron una novedad en 1970, hoy son un producto que está presente a nivel global. Se fabrican más de un billón cada año y han llegado a lugares tan lejanos como las profundidades de los océanos, la cima del Monte Everest y hasta a los casquetes polares, creando importantes desafíos ambientales. El daño que los plásticos ocasionan se debe a su resistencia, ya que solos, simplemente no se descomponen. Por lo que terminan en ríos, lagos, mares, océanos y en la tierra. Ingeridos por accidente por especies de animales que no distinguen con precisión, poniendo en peligro su vida. Incluso, se ha demostrado que fragmentos diminutos, conocidos como microplásticos, , terminan en nuestros cuerpos, ocasionando problemas para la salud.

De acuerdo con estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cada minuto se compran un millón de botellas de plástico y, al año, se usan 500,000 millones de bolsas. Casi una tercera parte de todos los envases de plástico salen de los sistemas de alcantarillado y ocho millones de toneladas acaban en los océanos cada año, amenazando a la vida marina. Al desecharse, ocasionan obstrucciones en las aguas residuales y en los desagües pluviales, matando y enredando a aproximadamente 100,000 mamíferos marinos cada año.