Las aceitunas son un alimento altamente energético, con nutrientes que previenen enfermedades degenerativas.

En una copa de Martini las aceitunas cumplen solo un papel decorativo, su verdadero valor se impone cuando las comemos en su estado crudo, acompañando el pan del desayuno o como piqueo.

Este fruto figura entre los alimentos que proporcionan aceites vegetales que los especialistas recomiendan. «Tiene beneficios a la salud, porque previene eventos cardiovasculares. Su consumo frecuente es una buena idea, de 6 a 8 unidades es un tamaño de porción adecuado, y puede ser de 1 a 2 veces al día», explica la nutricionista y dietista Sara Abu Sabbah.

Aunque es bastante calórico, aproximadamente, 140 a 150 calorías por cada 100 gramos, es decir, el equivalente a 50 gramos de papas fritas, no es un aporte extra que deba preocupar.

«Es un alimento energético, como las nueces y las almendras, la cantidad de calorías no es algo que preocupa porque vienen de nutrientes que sirven muchísimo al cuerpo. Promovemos su consumo, incluso diariamente», señala Abu Sabbah.

Si a un Martini u otro cóctel le agregamos unas aceitunas, no vamos a desbordar en energías. «No mejora a la bebida y tampoco afecta el valor de la aceituna. Pero el alcohol sí puede inhibir la absorción de nutrientes, más aún si su consumo es frecuente».

Piqueo
Como un aperitivo es una buena opción, pero tenga en cuenta que por su alta concentración de aceites, tiene un efecto saciante, igual que el maní. «No es una buena idea en niños que luego tienen que comer, ya que no acabarán su ración de comida, pero en adultos ansiosos sí conviene porque da saciedad».

Las aceitunas contienen omega 9, un ácido graso que está presente en el aceite de oliva, que contribuye a aumentar el colesterol bueno (HDL) en el organismo y a disminuir el malo (LDL), que protege la salud del corazón y además previene la fractura de cadera.

La vitamina E es otro nutriente que por su capacidad antioxidante beneficia las células del cuerpo en procesos de envejecimiento naturales y por oxidación, desencadenantes de enfermedades degenerativas como el Alzheimer o el cáncer.

Las variedades verdes o negras se diferencian por su grado de madurez, y aunque la primera tiene menos concentración de aceites que la segunda, ambas son beneficiosas y nutritivas.

Quienes gustan de las aceitunas, toleran su amargura y picantes. El fruto antes tuvo que pasar por un proceso que eliminó su amargor natural. «Ese sabor amargo muchas veces proviene de sustancias antibióticas o que tienen otro efecto contra virus y hongos, como defensa del fruto, pero que nutricionalmente no convienen porque es un antinutriente, como también lo tienen la quinua y las menestras», dice Abu Sabbah.

Un dato más. Remojar las aceitunas en agua con sal prolonga su vida útil, pero la mejor manera de conservación es colocarlas en aceite vegetal, de preferencia de oliva, o de cocina, que es más accesible pero incorpora grasa trans»

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