La salud sexual y la salud reproductiva evidencian el pleno goce de vida y, como vienen acompañados de una serie de mitos y tabúes, encontramos poco espacio de divulgación científica con eco en la sociedad.

Desde fines de la década del 50 y principios de la década de los 60, en el siglo pasado, aparece la píldora anticonceptiva, un revolucionario paso más de la independencia de la mujer en el siglo XX, que en un inicio, sólo se les otorgaba a las mujeres casadas.

La píldora anticonceptiva, así como muchos productos para evitar el embarazo no deseado, ha ido evolucionando y perfeccionándose, según las necesidades de las mujeres, las épocas y los diferentes contextos sociales del momento. Se fue reduciendo de tamaño, dosis y tipo de hormona, aparecieron otros estudios que disminuyeron los efectos adversos de la misma.

Según un estudio farmacológico publicado en la revista especializada Pharmaceutical Care del año 2014, nos indica que las reacciones adveras más frecuentes son las náuseas, que a veces llegan a vómitos; dolor transitorio de mamas; dolores de cabeza; mareo o aturdimiento; sangrado irregular (spotting), que puede resultar muy incómodo para muchas; entre otros efectos adversos.

EFECTOS ADVERSOS
Es importante explicarle bien a la mujer qué consideraciones existen sobre los efectos adversos y cómo éstos efectos pueden variar por edad, peso, actividad física o laboral, alimentación, estilo de vida, antecedentes familiares, etc.

Otra consideración importante y, que a mi criterio es lo primero que debemos de revisar sobre nuestro método anticonceptivo, es la posibilidad de hacer trombos o coágulos que podrían poner nuestra vida en riesgo por accidente cerebro vascular o problemas vasculares, que serían de los más graves a la hora de usar esos productos.

En una informal conversación con mis amigas, luego de haber hecho una sutil introducción sobre el tema de los métodos anticonceptivos y los posibles efectos adversos, les pregunté qué es lo que más temen de los métodos anticonceptivos y recibí una increíble respuesta, la mayoría dijo que teme engordar, sí engordar y lo repito con absoluto asombro.

¿Mencioné que había un riesgo vascular o de problemas vasculares? Pero, todo se centró en la terrible, horrible posibilidad de engordar. En el artículo especializado, antes mencionado, dice que el aumento de peso es por retención de líquidos por el aumento del cortisol plasmático y disminución de la excreción de otras hormonas producidas por los estrógenos, que están en el método anticonceptivo.

TECNOLOGÍA Y SALUD
La buena noticia es que, en el siglo XXI, la ciencia y la tecnología sigue trabajando para que los métodos anticonceptivos se ajusten a las nuevas mujeres, que desean vivir una vida sana y plena de su sexualidad y de su salud reproductiva.

La otra buena noticia es que, por lo menos, en esta parte del planeta Tierra, también es válido seguir utilizando los métodos anticonceptivos naturales, de cualquier forma y hablando de los métodos anticonceptivos hormonales, recordarles que estos no engordan, la que engordará será la usuaria que por otras consideraciones no se acompañe de actividad física con o sin método anticonceptivo.

Si tienes alguna duda, consulta con tu obstetra de confianza que podrá orientarte mejor ya que es el especialista en la salud sexual y reproductiva.