Desde que se instituyó la Feria del Libro en Moyobamba y ésta ha pasado en menos de un puñado de años a formar parte importante del pujante, dinámico y colorido circuito cultural de nuestra ciudad, los amantes de la literatura, el teatro, la música y el arte en general, hemos por fin conseguido un espacio único, aunque esporádico, en el cual podemos encontramos con aquellos que comparten nuestra misma pasión. Entre libros, artesanía amazónica, expresiones pictóricas, charlas magistrales y talleres arte y literatura, hemos dado rienda suelta a nuestros sueños más alucinados y nos hemos estrechado en un abrazo fraterno con aquellos maestros que pensaron y escribieron libros que, de una forma o de otra, le ha dado sentido a nuestras vidas. Y en algunos casos, qué duda cabe, las han cambiado para siempre.

En esa medida, hasta ahora tuvimos el honor y privilegio de recibir al famoso escritor y poeta, recientemente desaparecido, Oswaldo Reynoso, autor de «En Octubre no hay milagros» y «Los Inocentes»; quien ya bien entrado en años, desplazó su imponente humanidad y abundante cabello cano por la Plaza de Armas y los interiores de la Municipalidad, para expresarnos en una inolvidable charla magistral con auditorio lleno, sus ideas radicales sobre la precaria educación del país y su utopía particular para la recuperación. Junto con él, el poeta e intelectual Marco Martos, presidente de la Academia de la Lengua y catedrático sanmarquino, nos sorprendía con una brillante exposición sobre César Vallejo y la poesía peruana del Siglo XX. Ese mismo año también nos visitaron el premiado poeta urbano Domingo de Ramos, el catedrático Danilo Sánchez Lihón y vimos públicamente al premiado escritor amazónico Werner Bartra Padilla, ex alumno de SF, presentarnos su último libro a Plaza llena. Al año siguiente, tal como el anterior tuvimos nuevamente la visita del gran periodista y escritor Roger Rumrrill, quien con su chispa particular, y con habilidad docente y didáctica, nos alertaba sobre una Amazonía en peligro. Lo acompañaron en esas jornadas culturales, la primera actriz Delfina Paredes que recitó como nadie Vallejo, el multipremiado cuentista Cronwell Jara y su taller itinerante de narrativa, el cronista y poeta horazeriano Eloy Jaúregui con su perorata sobre periodismo y el escritor y gestor cultural moyobambino Arturo Ríos Ramírez apoyando en todos los sectores de la feria. El año pasado tuvimos la visita importante del reputado editor y crítico literario Ricardo Gonzáles-Vigil, también al escritor y publicista Gustavo Rodríguez y a la poeta loretana de origen chino SuiYun Wong. El poeta Martos Martos también regresó para presentar su libro inspirado en la selva «El Espíritu de los ríos» y la gran Susana Baca presentó un show musical para el recuerdo. Cómo olvidar también la presencia del maestro, su excelencia, creador de la hermosa canción «Flor de Retama», Ricardo Dolorier Galindo.
Alternada con algunos encuentros de escritores amazónicos, finalmente los escritores y artistas locales han logrado consolidar un espacio definitivo para el desarrollo artístico intelectual que tanto habíamos buscado, y que hoy todos aspiramos con sostener y mejorar.

Este año la Feria del Libro de Tarapoto fue arrasada por fuertes vientos y lluvias que obligaron a libreros y organizadores a reinstalar la feria en un lugar seguro. Eso nos hizo recordar que en una oportunidad en la Feria de Moyobamba también sucedió algo similar, lo que causó la perdida de mucho material literario que luego tuvo que ser desechado. Mientras los organizadores se preocupaban por el mal clima y la incomodidad de los visitantes, fueron ellos mismos quienes le pusieron paños fríos al asunto, con tranquilidad comentaron que son cosas que a veces ocurren, especialmente en el clima variable de la selva, y sin hacer muecas reprogramaron sus horarios. No hay mejor arte que las fuerzas de la naturaleza en todo su esplendor, dijo alguno de ellos.

Sin embargo, como en aquellas ferias pasadas, desde algún sector inconforme de la población (no los culpamos), han aparecido opiniones y críticas negativas en contra de la Feria del Libro. Pero no queda claro cuáles son los motivos reales de sus críticas. Crítica a los organizadores solo por ojeriza política, a la infraestructura por deficiente, a los números artísticos por inoportunos, a las charlas y presentaciones por impuntuales, porque no se invitó a tal o cual, porque no se publicitó mejor, porque hay libros muy caros, porque la lluvia cae, porque soy así de criticón pues y me da la gana, etc. Otra crítica vino comparando precios entre los libros originales que se exhiben en la feria y los que se vender en las librerías de la ciudad, que en su mayoría solo venden copias (piratas); muy parecidos a un original, pero no lo son. Un burdo intento de divulgar sin reparos aquello que se conoce como fake news. Esas personas que deben comprender que, existen muchos factores que siempre influyen en el normal desarrollo de un evento así. Entre varios que son, entre el clima y la palabra de honor de los participantes, uno los factores más determinantes para este año ha sido la crispada temporada electoral que hasta hoy aún nos tiene en vilo, y es esa circunstancia que, sospechamos, ha tenido que ver directamente con algunos de sus cambios. No obstante algunos impases, estamos muy complacidos con el desempeño de todos los llamados a participar y agradecidos por la respuesta masiva del público. Muchas veces las decisiones políticas terminan influyendo y afectando el desarrollo de algunas actividades urgentes. Esperamos que esas decisiones futuras en temas culturales no sean politizadas.

Hoy domingo 25 es el último día de feria, queda invitada toda la población del Alto Mayo a presenciar los números artísticos que se han preparado para la clausura y también aprovechar las ofertas de libros que, como todos los años, vuelve locos a los lectores compulsivos, los libreros pierden el control, y puede que consigas a mitad de precio ese libro que tanto estabas buscando. Por lo demás, ya que se viene la temporada de regalos: regala un libro. Regálate un libro.

No perdamos la oportunidad de colaborar y de hacer críticas constructivas. Se puede mejorar, pero eso solo sucederá cuando todos juguemos para el mismo equipo.

Gracias Moyobamba por estar presente.

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