Pese a lo que se cree, preferir la primera no implica que sea más saludable que una composición química creada.

Vamos al supermercado y comienza nuestro dilema: ¿qué elegir: un jugo de sabor natural o uno artificial a uva? Elmer Huerta, asesor médico, explica que los primeros no resultan más saludables- en composición química- que los que tienen la etiqueta de sabor artificial.

De acuerdo con la FDA- ente encargado de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos- las diferencias se dan por el origen de la sustancia. “Un saborizante natural está obtenido por fuentes animales y vegetales. Los saborizantes artificiales son elaborados en un laboratorio con las mismas combinaciones para obtener un sabor similar”, comenta el organismo.

La tendencia de los consumidores de elegir el que se cree es más saludable tendría impactos directos en nuestro peso y salud física. Al no tener nada que ver con la composición, existe el riesgo de ingerir alimentos ricos en azúcar y con “sabor natural” que pueden predisponernos a enfermedades cardiovasculares y problemas de peso.

No caigamos en el error de elegir un “sabor natural” y leamos la composición nutricional de los alimentos y bebidas.

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